Los Pumas están a las puertas de su primera final de un torneo internacional desde 2005 y este martes, en el Estadio Azteca, tienen la oportunidad de completar la obra que ya iniciaron en CU al imponerse por 2-1 al Cruz Azul, en el juego de ida.
Los universitarios solamente requieren de un empate en terreno de los cementeros y hasta una derrota por diferencia de un gol, mientras que anoten al menos dos veces, puede ser suficiente para que se clasifiquen a la final de la Liga de Campeones de la Concacaf 2022. Lo anterior se debe a que el primer criterio de desempate, en caso de una igualada en el marcador global, son los tantos conseguidos como visitante.
En mayo de 2005, los felinos disputaron el título regional del área al Saprissa, de Costa Rica, pero cayeron con un resultado global de 3-2. Y en diciembre del mismo año, nuevamente arribaron a la última instancia de una competencia internacional, la Copa Sudamericana de la Conmebol, en la que se necesitaron tiros penales para definir a un ganador, que terminó por ser el equipo argentino Boca Juniors.
Aunque, seguramente, la tarea no resultará fácil. Los celestes buscan acceder a su primera final de clubes del área desde 2014, si bien están en medio de una racha negativa en la que solamente pudieron imponerse en uno de sus últimos cinco compromisos, tomando en consideración las dos competencias en las que participan.
Cabe resaltar que los duelos entre estos contrincantes han sido sumamente atractivos para la tribuna en fechas recientes y se han presenciado varias volteretas espectaculares. En los últimos siete juegos que han disputado, la escuadra de la UNAM se quedó con cuatro (tres en el Estadio Olímpico Universitario y uno en el Estadio Azteca) a cambio de tres de los cementeros (dos como locales y uno como visitantes), con 25 goles anotados en total por los dos equipos, lo que da un promedio superior a 3.5 anotaciones por encuentro.